domingo, 14 de agosto de 2011

Y que será del viento. Parte 3

Me desperté más temprano de lo usual. Quería ir a la plaza, para ver el amanecer. Esa era una especie de ritual que tenía cada vez que llegábamos a un nuevo lugar. Mi mamá estaba acostumbrada, no discutíamos por eso. Busqué mi ropa por toda la habitación, hasta que me convencí de que ella aún no me la había devuelto, así que decidí salir con mi pijama. Nadie se despertaba tan temprano, no tendría que preocuparme por encontrarme con alguien en el camino. Atravesé la sala sigilosamente. A mi mamá no le molestaba que me levantara  a esta hora para ver el amanecer, pero no estaba demás tomar precauciones para que no despertara, nunca sabía con qué nueva excusa podría salirse. Tomé un abrigo que encontré descansando sobre el sillón y salí de casa.
Aún estaba oscuro, pero si no me apuraba, el sol saldría mientras yo seguía caminando y no podría disfrutarlo tanto. Caminé deprisa por el camino que las señoras me indicaron ayer y llegué  la plaza. El sol no salía todavía, pero no tardaría mucho más. Consideré cuál sería el mejor lugar para ver el amanecer, y recordé mi primer encuentro con Julián. Él me había dicho que el lugar en el que estaba, era el mejor para ver el atardecer, por lo tanto, ahora tenía que ir  al otro lado de la plaza, y ese sería el lugar ideal para ver el amanecer.
Atravesé la plaza con pasos lentos, y me senté en el banco que estaba allí. Al igual que el otro, estaba tallado a mano con las siluetas de todas las flores que había en la plaza.
Esperé un rato, hasta que el oscuro color que dominaba el cielo fue perdiendo, paulatinamente, su intensidad. Lo lindo de los amaneceres era que, por más que terminaran igual, con el sol en el cielo, sus procesos para hacerlo eran distintos cada vez. Nadie apreciaba este hecho como yo lo hacía. Recuerdo que cuando era más chica, mis vecinos solían tratarme como una loca, por disfrutar de algo tan bello y natural. Para esa época soñaba con encontrarme a alguien especial, que apreciara ese hecho como yo lo hacía.
Me sumí tanto en mis pensamientos, que apenas me di cuenta que alguien estaba al lado mío. Como en la tarde de ayer, Julián llegó sigilosamente, pero esta vez no dijo ninguna palabra. Me pregunté cómo haría para caminar tan suavemente, para que yo no pudiera escucharlo. Quedamos un largo rato en silencio, hasta que, cansada de que no dijera algo, hablé.
 ¿Qué haces por aquí?
  Vine a ver el amanecer – dijo sin mirarme a los ojos –  es una de las pocas cosas que     realmente me agradan. Que sorpresa encontrarte aquí, en este lugar, recién llegas y ya pareces saber cuáles son los lugares que te dan las vistas más bellas.
  Es que recodé lo que me dijiste ayer del atardecer, y cómo el sol sale por el lado contrario al que se pone, supuse que este era el mejor lugar para disfrutar de esta vista.
    Y no te equivocaste, este es el mejor lugar para verlo, probé con todos los lugares de la plaza, y no cambiaría este por nada. Desde acá se puede apreciar cada detalle del amanecer, como los colores invaden el cielo con su forma tan especial de hacerlo. Es perfecto.
   No muchos aprecian esta belleza.
    Lo sé.

Ambos nos quedamos en silencio, mientras el sol, acompañado con una diversa gama de colores, pintaba el que hasta unos momentos atrás había sido un oscuro cielo. ¿Sería posible lo que estaba sucediendo? ¿El destino me odiaba tanto como para hacerme esto? Ya era suficiente el hecho de que creía estar enamorada de Julián, ¿Y ahora también quería hacer que creyera que él era el chico que espero desde que era una niña? Pero no tenía que creer nada, estaba ya bien claro que eso era cierto. Él era la persona ideal para mí. La persona que vino a romper el “orden” de mi vida. No podía permitirme el lujo de estar con él, además ni siquiera sabía si él estaba interesado en mí. Lo dudaba mucho, ¿Quién se enamora de una persona que conoció hace un día? Al pensar en esto, otro nudo se formó en mi estómago. Yo ya estaba enamorada de él, no importaba hacía cuanto lo hubiera conocido. Pero, ¿Estaría el enamorado de mí? ¿O sería rechazada por el único chico que amé en mi vida, y estaba segura, el único al que iba a amar? Sentía que las lágrimas querían escapar de mis ojos, y me levanté para irme. No quería que me viera llorar. Quería desaparecer en ese instante. Corrí. Como nunca había corrido en mi vida. Tomé el camino contrario al que llevaba  a mi casa. No quería cruzarme accidentalmente con alguien de su familia, que luego le dijera que me vio llorar. Las lágrimas caían por mi rostro, y yo seguía corriendo, hasta que me cansé y me detuve.
Había corrido hasta la calle principal de la ciudad, los comercios estaban cerrados, era demasiado temprano para abrir. Caminé por la calle, pasando mi vista por los lugares, hasta que me detuve en una heladería que, a diferencia de los demás negocios, si estaba abierta. Traía algo de dinero conmigo, podía ir allí un rato. Sería ideal para calmar mis penas. No fue hasta que entré que recordé que vestía mi pijama. Pero ya era tarde para salir sin que me vieran. Detrás de la caja, solo había una señora, que me hizo recordar a Marlene. ¿Era una coincidencia, o el destino de nuevo me estaba jugando una broma? Le pedí un pequeño helado de frutilla y le pagué. Cuándo me lo trajo, le agradecí y fui a sentarme en un banquito de madera que había en el exterior del lugar. Tenía mucho en que pensar, pero no quería hacerlo, ya había más gente en la calle, y no quería que me vieran llorar. Comí mi helado tan rápido como pude y me fui. Hice el mismo camino que cuando vine. No quería explorar un nuevo lugar, no me sentía con ánimos para hacerlo. Podía cortar camino pasando por la plaza, pero tenía miedo de que Julián siguiera allí, así que la rodeé. Caminé distraída hasta llegar a mi casa, y cuando me fui acercando, noté un bulto en la puerta. Había alguien sentado, pero no distinguí quien era hasta que fue demasiado tarde para huir. Me quedé paralizada mientras Julián se acercaba a mí, tenía una mirada de preocupación en los ojos, y pareciera que al igual que yo, también había estado llorando.
 No te despediste – dijo con la voz entrecortada. Eso confirmo mi sospecha. Él había estado llorando. – Te fuiste sin decirme adiós, Jess.
 Lo sé – intenté mantenerme seria, tranquila, pero no pude, nuevamente estaba llorando.


Él se acercó más, lentamente. Tomó mi rostro entre sus manos, con un gesto tan delicado y me besó. No tuve tiempo de reaccionar, de escapar de él. Pero sabía que aún que lo hubiera tenido, no lo haría. Fue lo que esperé que hiciera ayer, quería eso, pero ahora tenía miedo. Algunos dicen que lo que empieza rápido termina rápido, pero esto no terminaría pronto, él fue lo que esperé durante años, aunque me negara a enamorarme, inconscientemente lo esperé, y ahora lo tenía, y estaba segura de que le pasaba lo mismo. Me separé de él. Quería verlo de nuevo, convencerme de que esto era real, porque lo era. Una sonrisa iluminaba su rostro y ahora su voz era más firme que hace unos minutos atrás.
– Eres lo que espere durante años. Puede parecer tonto, y más si consideras que nos conocimos hace tan solo un día. Pero es cierto. Lo supe en tanto te vi. Eres la chica que pensé, solo existiría en mis sueños.  
– No es tonto, es real, también eres lo que siempre esperé, la persona con quien soñaba desde niña, y la cuál durante mucho tiempo busqué, aunque me negara a hacerlo.

No podía ocultar la sonrisa que se había formado en mi rostro, todos los pensamientos preocupados de ayer, desaparecieron, solo me importaba esto, estar con él, y lo haría, no importaba nada más. Solo nosotros dos.


Cada día él venía a buscarme. Íbamos a la plaza, y veíamos el amanecer, juntos, abrazados. La felicidad que no tuve en años, regresó ahora. Ya no peleaba con mi mamá, no discutía con ella, porque solo me importaba estar con él. Quería recuperar todos los años en los que la alegría era algo inexistente para mí. Todo lo hacíamos juntos, nada podía separarnos. Ni la lluvia, ni el calor, ni ese frío viento que ahora golpeaba mi cara anunciando la llegada del otoño.
El viento que anunciaba la llegada del otoño.




1 comentario:

Jess dijo...

aww +.+ te esta quedando geniaaal ya espero x los otros capitulos, en serio eres muy buena nunca dejes de escribir <3

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